La
firma evaluadora de riesgo crediticio Moody’s mantuvo su calificación
en Ba3 para República Dominicana, en un análisis
en el cual destaca la resiliencia de la economía
y proyecta que el país volverá a retomar
su crecimiento a los niveles previos a la pandemia, de
5% de su producto interno bruto (PIB) por año
entre 2022 y 2024.
De
igual modo, Moody’s, en su análisis,
elevó su proyección de crecimiento para
este 2021 a 6% desde 4.8%, debido a un efecto de arrastre
positivo mayor al esperado anteriormente, y debido
a la rápida implementación de vacunas
en el país, que actualmente está por
delante de varios países de América Latina
y el Caribe en términos de total de dosis administradas
por 100 personas.
Indica
textualmente que el rápido ritmo del
lanzamiento de la vacuna apoyará una reapertura
más rápida de la actividad nacional,
incluida la construcción, el comercio y otros
servicios, y apoyará una recuperación
más rápida en el sector del turismo en
los primeros meses de este 2021.
Factores
Los
factores favorables para esta calificación
son la “baja susceptibilidad del país
a eventos de riesgo, con vulnerabilidad externa y riesgos
de liquidez del gobierno contenidos, dados los déficits
en cuenta corriente totalmente financiados, mayores
reservas de divisas para cubrir los vencimientos de
deuda venideros y un historial probado de acceso al
mercado en tiempos de turbulencia del mercado”.
Asimismo, señala la resiliencia económica
relativa al impacto del coronavirus a pesar de la dependencia
del país del turismo, respaldada por sólidas
perspectivas de crecimiento a mediano plazo y niveles
de ingreso per cápita superiores a los de la
calificación Ba.
La
perspectiva estable refleja la opinión de
Moody’s de que la calificación Ba3 captura
el balance de riesgos para el perfil crediticio de
República Dominicana.
Moody’s espera que los niveles de deuda del
Gobierno aumenten solo moderadamente después
de un aumento significativo en 2020. Anticipa que el
Gobierno buscará reformas para mejorar los ingresos
que aliviarán las restricciones fiscales derivadas
de una base impositiva limitada.
La
firma de investigación financiera internacional
evalúa la capacidad de solvencia y cumplimiento
crediticio de los países mediante escalas estandarizadas
que presenta en letras acompañadas de números
que van desde la A, B, y C, siendo la A la mejor y
C la peor. República Dominicana quedó en
Ba3.
Otro
de los factores de la actual calificación
tiene que ver con la parte fiscal, por lo cual la firma
observa una “débil solidez fiscal, que
refleja desafíos crediticios de larga data,
dada una alta exposición a los riesgos cambiarios
y una relación muy alta entre intereses e ingresos
del Gobierno en comparación con sus pares”.
No obstante, la expectativa de Moody’s es de
que la restricción fiscal y las reformas que
mejoran los ingresos mejorarán las métricas
de deuda y equilibra en parte el reciente deterioro.
La
perspectiva estable también está respaldada
por un sector bancario que se mantiene resistente a
pesar de un deterioro anticipado en la calidad de los
activos. También revela que aun cuando la deuda
pública aumente, se refleja un endeudamiento
externo moderado y una mejor acumulación de
reservas de divisas.
Con
relación a la moneda, establece que el
tope de la moneda local permanece sin cambios en Baa3, “manteniendo
la brecha existente entre la calificación soberana
y el tope en moneda extranjera”.
Asimismo, las reservas han aumentado constantemente
desde 2014 y alcanzaron los US$10.7 mil millones a
finales de 2020.
La
firma asegura que este país seguirá dependiendo
de endeudamiento en moneda extranjera, pero también
que estas necesidades de financiamiento bruto disminuyan
en 2021 y 2023 a alrededor del 9% -10% del PIB, similar
a 2018 y 2019 y por debajo del 14% del PIB en 2020.
La
firma evaluadora de riesgo crediticio Moody’s
mantuvo su calificación en Ba3 para República
Dominicana, en un análisis en el cual destaca
la resiliencia de la economía y proyecta que
el país volverá a retomar su crecimiento
a los niveles previos a la pandemia, de 5% de su producto
interno bruto (PIB) por año entre 2022 y 2024.
De
igual modo, Moody’s, en su anális,
elevó su proyección de crecimiento para
este 2021 a 6% desde 4.8%, debido a un efecto de arrastre
positivo mayor al esperado anteriormente, y debido
a la rápida implementación de vacunas
en el país, que actualmente está por
delante de varios países de América Latina
y el Caribe en términos de total de dosis administradas
por 100 personas.
Indica
textualmente que el rápido ritmo del
lanzamiento de la vacuna apoyará una reapertura
más rápida de la actividad nacional,
incluida la construcción, el comercio y otros
servicios, y apoyará una recuperación
más rápida en el sector del turismo en
los primeros meses de este 2021.
Deuda
Moody’s espera que los niveles de deuda del
Gobierno aumenten solo moderadamente después
de un aumento significativo en 2020. Anticipa que el
Gobierno buscará reformas para mejorar los ingresos
que aliviarán las restricciones fiscales derivadas
de una base impositiva limitada.
La
firma de investigación financiera internacional
evalúa la capacidad de solvencia y cumplimiento
crediticio de los países mediante escalas estandarizadas
que presenta en letras acompañadas de números
que van desde la A, B, y C, siendo la A la mejor y
C la peor. República Dominicana quedó en
Ba3.
Otro
de los factores de la actual calificación
tiene que ver con la parte fiscal, por lo cual la firma
observa una “débil solidez fiscal, que
refleja desafíos crediticios de larga data,
dada una alta exposición a los riesgos cambiarios
y una relación muy alta entre intereses e ingresos
del Gobierno en comparación con sus pares”.
No obstante, la expectativa de Moody’s es de
que la restricción fiscal y las reformas que
mejoran los ingresos mejorarán las métricas
de deuda y equilibra en parte el reciente deterioro.
La
perspectiva estable también está respaldada
por un sector bancario que se mantiene resistente a
pesar de un deterioro anticipado en la calidad de los
activos. También revela que aun cuando la deuda
pública aumente, se refleja un endeudamiento
externo moderado y una mejor acumulación de
reservas de divisas.
Con relación a la moneda, establece que el tope
de la moneda local permanece sin cambios en Baa3, “manteniendo
la brecha existente entre la calificación soberana
y el tope en moneda extranjera”.
Asimismo, las reservas han aumentado constantemente
desde 2014 y alcanzaron los US$10.7 mil millones a
finales de 2020.
La
firma asegura que este país seguirá dependiendo
de endeudamiento en moneda extranjera, pero también
que estas necesidades de financiamiento bruto disminuyan
en 2021 y 2023 a alrededor del 9% -10% del PIB, similar
a 2018 y 2019 y por debajo del 14% del PIB en 2020.
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